Los muebles y otros objetos de aluminio son ampliamente utilizados en todo el mundo porque son resistentes y ofrecen grandes ventajas estéticas. Sin embargo, para que siempre se mantengan en buen estado es necesario realizarles el mantenimiento adecuado.
Ahora bien, la limpieza de los objetos elaborados con este material no puede hacerse de cualquier manera, porque podrían resultar dañados. Más adelante explicaremos como realizar correctamente la limpieza de las superficies metálicas.
Características de la carpintería metálica de aluminio
Este tipo de carpintería es la que se especializa en fabricar objetos de metal. Los más utilizados son el acero, el cobre, el hierro y por supuesto el aluminio. Por su parte, los productos más fabricados son puertas, rejas y ventanas. Aunque la elaboración de cerramientos para terrazas se ha hecho bastante popular durante los últimos años.
El uso del aluminio es tan frecuente que actualmente es muy común encontrar una infinidad de objetos fabricados de este material. Esto gracias a la resistencia y perdurabilidad que ofrece. Por ello es altamente utilizado en la producción de muebles para exteriores. Asimismo, y debido a las grandes ventajas estéticas que ofrece es cada vez más usado en el diseño de interiores.
Limpieza que no daña la superficie de metal
Es bien sabido que la carpintería metálica está diseñada para ser perdurable. Es capaz de resistir los embates del clima y aún así mantenerse casi intacta. Las superficies de metales como el cobre, hierro, acero y aluminio están siempre expuestas y por eso son propensas a sufrir daños. Debido a ello, requieren de mantenimiento para solucionar arañazos y manchas. Para lograrlo es necesario realizar un sencillo proceso y solo se necesita utilizar los materiales y productos adecuados.
En este punto es importante tomar en consideración sí se va a limpiar superficies que se encuentran en el interior del hogar o ubicadas al aire libre. Ello, debido a que los productos a utilizar varían según la ubicación del objeto a limpiar.
Es muy probable que los muebles exteriores reciban impactos que los pueden dañar, por los embates de la lluvia o que ramas y piedras puedan ocasionarle rayas profundas. Mientras que los objetos que se encuentran en espacios interiores, son más propensos a dañarse como consecuencia de golpes o caídas.
Productos especializados para limpiar superficies metálicas
En todos los casos es importante usar productos específicos para metal. No obstante, es altamente recomendable verificar que sean anticorrosión. Así, hay productos para uso en exteriores, los mismos ofrecen protección extrafuerte.
Aunque se podría pensar que se pueden usar también dentro de espacios cerrados, hacerlo puede resultar incómodo. Al respecto, suele suceder que los productos para limpiar metales de uso en interiores vienen con fragancias agradables y perdurables. Mientras que los de uso externo suelen tener olores fuertes y concentrados que resultarían una verdadera molestia si se usa en un espacio dentro de casa u oficina.
Usar alguna solución jabonosa también resulta útil. Lo que se debe verificar en este caso es que no sea un producto de uso industrial, ya que resultan ser demasiado abrasivos y podrían opacar las superficies. Es preferible utilizar un jabón de uso doméstico, siempre y cuando en su etiqueta no especifique que es ultra-concentrado. De ser así, lo recomendable es diluirlo primero en un poco de agua limpia.
Asimismo, es importante utilizar un paño de algodón que debe estar limpio. Además, es recomendable verificar que no suelte pelusas y que sea muy suave y esponjado. Finalmente, el agua es el mejor aliado para limpiar los metales, siempre y cuando se retire inmediatamente del objeto, al respecto, es común que los metales como el aluminio y el hierro se manchen porque no fueron secados rápidamente.
Trucos caseros para la limpieza de los objetos de aluminio
Muchas personas prefieren muebles, ventanas, accesorios y estructuras con acabados en aluminio. Estos objetos son agradables a la vista porque brillan y se ven impecables. Pero cuando se ensucian resultan verdaderamente desagradables. Sin embargo, puede suceder que a la hora de limpiar no siempre se tiene a la mano un producto especial para ello.
Sí esto ocurriera, no hay que entrar en pánico. En este sentido, existen productos caseros que pueden ofrecer resultados impresionantes. Uno de ellos es el vinagre, que se puede aplicar solo, diluido o mezclado con un poco de harina. La sal es otro remedio casero con el que se pueden pulir y abrillantar las superficies de aluminio.
El agua tibia también es un gran aliado. No obstante, no debe estar demasiado caliente, esto podría ocasionar manchas. Lo ideal es que al tocarla se sienta caliente pero sin quemar. Mezclarla con sal ayudará a mitigar las rayas y ofrecerá brillo. Es importante no utilizar esponjas de acero u otras herramientas que puedan deteriorar la superficie e incluso ocasionar raspaduras. Lo ideal es usar estropajos suaves, nunca de lana ni elaborados con fibras duras.
¿Cómo preparar los remedios caseros?
En el caso de que se desee utilizar vinagre es muy recomendable diluirlo en agua limpia y fría. La proporción recomendada es una cucharada de vinagre en un vaso de agua. De esta manera evitaremos que el producto pueda resultar corrosivo.
Por otro lado, si existe una mancha resistente sobre el metal, entonces podemos frotar un poco de vinagre puro sobre ella. A los pocos minutos se podrá observar que la mancha se va diluyendo. Es importante retirar todo el vinagre y a continuación hay que enjuagar la superficie con abundante agua y secarla muy bien.
Sí se prefiere limpiar y dar brillo al mismo tiempo puede mezclarse el vinagre con un poco de harina. La idea es hacer una pasta suave con estos ingredientes y colocarla sobre todo el objeto que se desea limpiar. Hay que dejarla actuar durante al menos veinte minutos, y a continuación se lava con jabón y agua limpia. Después hay que secarla y frotarla durante al menos cinco minutos con un paño de algodón esponjoso. De esa forma la superficie quedará reluciente y será estéticamente agradable.
Para sacar rayas o arañazos, se puede frotar sal directamente sobre ellas. Esto hará un efecto similar a una lija y podrá ayudar a mitigar esas molestas marcas. Y por último, para pulir, un poco de harina seca frotada con un paño, dará excelentes resultados.
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